El Capricho: un viaje ilustrado entre símbolos, esculturas y mucho verde

Un secreto bien guardado

Madrid presume del Retiro, del Campo del Moro y hasta de la Casa de Campo. Pero, ¿sabías que hay un jardín que se llama directamente El Capricho? O sea, ni parque, ni finca, ni dehesa: ca-pri-cho. Ya con el nombre te avisa de que lo que vas a encontrar dentro no es precisamente “paseo con bancos y columpios”, sino un lugar diseñado para sorprender, provocar y, por qué no, lucirse un poco.

El templete de Baco, porque hasta un jardín necesita su altar al vino. Foto: @maceta.rebelde.

La duquesa que mandaba más que muchos duques

La protagonista de esta historia es María Josefa Pimentel, duquesa de Osuna. Mujer ilustrada, culta, con poder y sin miedo a invertir su dinero en plantas. ¿Su proyecto estrella? Un jardín donde cupieran las ideas más modernas de Europa, artistas de moda, tertulias culturales… y de paso dejar a todo Madrid con la boca abierta.

Los Duques de Osuna y sus hijos, 1787-88. F. de Goya. Museo Nacional del Prado.

Para ello fichó a los mejores jardineros de la época como Jean-Baptiste Mulot, discípulo de Le Nôtre (sí, el de Versalles) y Pablo Boutelou, entre otros, siendo éste uno de los grandes jardineros de la historia de España. El resultado: un espacio que mezcla estilos como si la duquesa tuviera varias listas de Spotify cuidadosamente elegidas.

Un jardín con tres personalidades

El Capricho es como esa amiga que tiene tres personalidades y te encantan las tres:

  • La francesa, geométrica y ordenada.

  • La inglesa, romántica y despreocupada.

  • La italiana, clásica y con mucho estilo.

  • Diferentes rincones de El Capricho, ¡descubre los tuyos! Fotos: @maceta.rebelde.

Paseo de sorpresas

Aquí no hablamos de “jardincito con setos”, sino de un parque histórico del siglo XVIII con todas sus letras. Un laberinto de laureles donde perder la paciencia, un templete de Baco que invita al brindis, la Casa de la Vieja que parece humilde pero escondía un salón elegante, y hasta una exedra que parece sacada de Roma.

Casita de la Vieja. Foto: @maceta.rebelde.

Y ojo al dato: en plena Guerra Civil, el jardín acabó con un búnker subterráneo. Sí, pasamos del romanticismo al hormigón armado en un salto. Eso también es un capricho.

Conservación con mayúsculas

Hoy El Capricho es un Bien de Interés Cultural. Mantenerlo no es podar y regar, es cirugía estética histórica: cada elemento del jardín tiene valor patrimonial, cada estatua tiene detrás una historia, y hasta los caminos están pensados para evocar emociones. Conservarlo significa cuidar un patrimonio vivo que cuenta la historia de España… con más gracia que muchos libros de texto.

Philadelphus coronarius o celinda, para verla en todo su esplendor visita El Capricho en primavera. Foto: @maceta.rebelde.

Un jardín que inspira (hasta a las macetas rebeldes)

Visitar El Capricho es como abrir un álbum ilustrado: de repente estás en Versalles, luego en Inglaterra, luego en una tertulia con Goya, y al rato te sorprende un búnker. Y lo mejor es que todo tiene sentido porque era la visión de una mujer adelantada a su tiempo.

Yo, que juego a ser duquesa en mi terraza con macetas que se me rebelan, salí de allí con una sonrisa: si María Josefa pudo levantar un jardín de fantasía en 14 hectáreas, yo puedo soñar a lo grande con mis 14 tiestos. Al final, la jardinería siempre tiene un puntito de capricho.

Si todavía no lo conoces, El Capricho es uno de esos lugares que merece ser descubierto con calma. ¿Te animas a visitarlo? Toda la información práctica la tienes en la página oficial del Ayuntamiento de Madrid 👉 Jardín histórico El Capricho de la Alameda de Osuna.

Y ahora cuéntame: ¿qué rincón crees que te atraparía más, el laberinto de laureles, el templete de Baco o la misteriosa Casa de la Vieja? Te leo en comentarios 👇🌿

Comentarios

  1. Me encanta el reportaje, y las fotografías... he de ir a visitarlo fijándome mejor en todo, y más sabiendo las cosas que explicas, así da gusto disfrutar del paisaje y conocer también otras cosas que no te explican .... Preciosas las Philadelphus coronariu, delicadas y hermosas....A tu pregunta del final, no sé con cuál me quedaría pero me enamoran por igual las tras personalidades como tú explicas.... No sé un poco de cada una de ellas o todo de todas.. ;)

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    1. Qué ilusión me hace leerte aquí en Maceta Rebelde 💚. Me alegra un montón que hayas disfrutado del reportaje y de las fotos, y sobre todo que te apetezca volver a visitarlo con otros ojos. Es verdad que cuando conoces un poco más de la historia y de las plantas, cada rincón se vuelve aún más especial 🌿✨. Y respecto a lo de elegir… yo también creo que lo bonito es quedarse con un poquito de cada personalidad, como si fuera un ramo con varias flores: cada una aporta algo distinto, y juntas hacen que la experiencia sea completa 🌸.

      Un beso enorme y gracias por estar siempre ahí 💕

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